Por Juan Carlos Araujo
FOTOGRAFÍAS: Ricardo Castillo Cuevas
“¡Aquí todo es real!”
¡Damas y Caballeros, bienvenidos al
circo! El único lugar donde se puede hallar consuelo tras haber vivido todos
los infiernos que trae consigo la guerra. El hambre, la muerte, la pobreza han
invadido al país y todos saben quiénes son los culpables. Uno de ellos está
ahí, en el circo. Ha sido capturado y es hora de que se cobre justicia. Nadie
está libre para ver, todos participan.
“¡Esto no es un juicio, es un
circo!”
Uno
de los más grandes retos teatrales es el de provocar catarsis en el
público. Ese acto que purifica al espectador de sus bajas pasiones al
verlas proyectadas en los personajes de la obra y, así, permitirle ver
el castigo merecido e inevitable de estos, es precisamente lo que
vivimos en la propuesta más experimental y arriesgada que he visto hasta
ahora en MicroTeatro. Una ambientación exacta nos transporta a este
lugar decadente donde seremos testigos de actos circenses reales que nos
enchinaran la piel antes de tomar parte activa dentro de la obra. Los
espectadores nos volvemos cómplices absolutos del horror que proponen, siendo
víctimas, salvadores, jueces y verdugos. En mi caso vi la obra dos veces; la
vería muchas más.
DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN: Denis
González Noriega
ACTÚAN: Francisco Cardoso, Adonay
Guadarrama y Adrián Lozano
GÉNERO: Farsa trágica
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